¿Cuál es el sentido del Perú? – segunda parte

0
493

Cartas a mi pueblo

Por.- Manuel Yóplac Acosta.

En la carta anterior traté brevemente las tres primeras ideas para repensar al Perú desde la idea de ética cívica. Hoy planteo otras tres ideas que dejo para su criterio.

Cuarto. Repensar al Perú desde la libertad y el bien común. La libertad es la condición básica para poder repensarnos siempre; ni los esclavismos, ni los dogmatismos pueden ayudar en este proceso de autocreación humana. Sin embargo, al ser la libertad infinita, es la vida social que impone los límites a la libertad, no para frenarla sino para enriquecerla, es decir, si bien la libertad es individual -el hombre al ser social- esta libertad se supedita a lo colectivo. En consecuencia, la libertad no puede ser si quiera esclava de la propia libertad, el límite es el bien común. El bien común es consecuencia de la libertad hecha colectiva. El bien común traducido socialmente es el bienestar de todos, lo todo incluye no solo lo humano sino a todo cuanto contribuya al equilibrio y plenitud de la vida. El bien común no es la propiedad común de algo sino la posibilidad de acceso de todos; y, siendo el hombre finito pero el tiempo-espacio infinitos, toda propiedad se constituye en una subjetividad autodestructora de lo existente y lo creado. El bien común es, por tanto, todo cuanto exista en su condición natural, así como consecuencia de la creación humana. El oxígeno por ejemplo es bien común natural y la aspirina es ejemplo de bien común social; pero ambos deben ser accesibles a todos de manera justa. En este contexto, repensar al Perú desde la libertad y el bien común, significa repensar toda la estructura y modelo económica desde la idea del bien común. Pero la aspiración del bien común, no se limita a la riqueza material (oxígeno, alimento, medicina, etc.) sino también a la riqueza espiritual (cultura, arte, saberes, etc.). El bien común implica entonces, la utopía de conquistar sueños, pero también de conquistar pan para todos.

Quinto. Repensar desde lo colectivo organizado. El hombre es hombre solo en tanto es ser social, no existe un solo hombre que sea resultado de sí mismo: ¿puede haber un bebé si antes no hubo un óvulo y espermatozoide que lo creara? ¿puede haber un bebé sin el auxilio de otros hombres? Así como un bosque sobrevive gracias a su compleja interdependencia natural, el hombre ha podido sobrevivir gracias a su interdependencia social, es decir, gracias a su carácter colectivo organizado. Los grandes cambios sociales no han sido hechos por hombres aislados sino por colectivos organizados de hombres. Lo colectivo organizado no se limita solo a movimientos espontáneos locales, sino a permanentes colectividades globales o la interrelación de ambas; pero en toda organización colectiva lo que debe primar es el bien común. La razón y sentimiento colectivo son la razón y sentimiento organizativo; a diferencia de la representatividad -que descansa la esperanza en una sola voz-, en lo colectivo organizativo priman las voces vivas. En consecuencia, repensar al Perú desde lo colectivo es repensar toda la organización social, el Estado y sus instituciones.

Sexto. Repensar desde un espíritu joven. “La actitud del hombre que se propone corregir la realidad es, ciertamente, más optimista que pesimista” escribía Mariátegui hace ya cien años. El espíritu joven cuestiona el presente y por ello actúa para cambiarlo. Cuando el presente es pésimo, cuestionarlo no es pesimismo sino optimismo. El espíritu joven considera que la esperanza es una conquista, una creación colectiva. El espíritu joven no está en los años de los individuos -aunque debería serlo por naturaleza- está en la posibilidad de descubrir una nueva luz ante el ocaso de la vida. Repensar al Perú desde un espíritu joven es primero ser consciente de los males y bondades que tiene, lo segundo es crear una nueva esperanza y tercero es conquistar esa esperanza. El espíritu joven no es aventurero, es fundamental un camino de luz de razón colectiva. El espíritu joven es emotivo, pero jamás debe quedarse en ella. El emotivismo es dañino en tanto puede quedarse apegado al instante, el espíritu joven tiene que ser capaz de estar siempre más allá de las circunstancias para poder alcanzar el futuro. En este contexto, el nuevo Perú será soñado y construido desde un espíritu joven.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here