Cartas a mi pueblo
Por Manuel Yóplac Acosta
Carta 941(25/10/2023)
Desde el 26 de setiembre de 2023 unas 26 universidades públicas vienen sosteniendo una huelga indefinida. La plataforma es casi la misma de siempre; la misma del año 2022; la del 2019; la del 2018, la del 2016 (…). Lástima que ya las huelgas universitarias a casi nadie lo importen, menos al gobierno.
Paradójicamente, no nos importan las huelgas universitarias, pero, nos preocupan, por ejemplo, ¿por qué hay pocas vacantes en las universidades públicas y casi vacantes infinitas en las universidades privadas? La respuesta es simple, pues, la educación superior universitaria cada vez más se privatiza, no solo porque hay más universidades privadas que públicas, sino también, porque en las universidades públicas cada vez los costos de los servicios encarecen y los beneficios se reducen. Poco a poco, en Perú estudiar en una universidad pública se va convirtiendo en un privilegio.
Otra paradoja de las huelgas universitarias, es que, gracias a ellas, los sueldos de los profesores han mejorado ligeramente estos últimos años, sin embargo, muchos de los profesores hoy beneficiados, ignoran de ello o se hacen de no conocer.
Las huelgas no son buenas porque se retrasan las clases de los estudiantes, pero es buena porque en el Perú es casi la única manera de mejorar la condición laboral del trabajador; conquistar y defender las conquistas. Las huelgas no son buenas, pero son necesarias. Reza el dicho: “El pan que no se lucha se come con vergüenza” y esa lucha no solo está en trabajar y trabajar, sino también, en conquistar, -conquistar con dignidad la dignidad-.