En el transcurso de este año, el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) San Borja del Minsa atendió a 191 niños y adolescentes de Lima y de las diversas regiones del país con quemaduras graves, de los cuales el 50% requirió una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), debido a la gravedad de sus lesiones. De esta cifra, 130 sufrieron quemaduras durante la emergencia sanitaria nacional por COVID-19.
La jefa de la Unidad de Quemados, doctora Pilar Huby Vidaurre, dijo que el 65% de estos pequeños son niños entre 1 y 4 años, provenientes de los distritos de Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, Ate y Villa María del Triunfo, siendo el agente causante los líquidos y alimentos calientes (68%), fuego (26%), electricidad (4%) y pirotécnico (2%). En el caso de las regiones, los niños más afectados provienen de Junín, Ayacucho, Ancash y Piura.
En el marco del ‘Día Latinoamericano para la Prevención de las Quemaduras’ que se conmemora hoy, y con el fin de difundir las medidas de prevención para evitar graves accidentes en niños y adolescentes, la especialista destacó que el 90% de los casos pudo evitarse puesto que los niños afectados se encontraban con un adulto en casa.
Huby Vidaurre, puntualizó que la primera atención por quemadura es crucial para salvar la vida de los niños, es así que el INSN San Borja con apoyo de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, elaboró la ‘Guía para el abordaje del paciente quemado agudo’, elevada y aprobada por el Minsa, que contiene el protocolo de atención inicial para estabilizar al paciente quemado, en busca de salvarle la vida.
Esta guía fue promulgada ayer en el diario El Peruano y será distribuida a los diversos centros hospitalarios del país ya que contiene los conocimientos fundamentales para el manejo inicial del paciente quemado con el fin de estabilizarlo y brindarle las condiciones adecuadas para su traslado y posterior intervención en un centro especializado.
Gracias a la aplicación de los protocolos y procedimientos que contiene la guía, en el 2019, el INSN San Borja logró reducir la mortalidad por quemaduras en niños y adolescentes a 0 %.
Desde el año 2014, el INSN San Borja ha emprendido una ardua lucha en la prevención de quemaduras para reducir las estadísticas de niños quemados por diversos agentes como líquidos calientes, fuego a causa de explosiones y/o fuga de gas, electricidad y pirotécnicos.
El proceso de recuperación de un paciente quemado es largo y costoso, sin considerar su tratamiento psicológico. Cada año, un promedio de 300 niños llegan al INSN San Borja con quemaduras que ameritan hospitalización.