Por Abraham Rojas Valdez.
Faltan apenas cuatro días para participar de un proceso electoral, el cual conforme pasa el tiempo, saca a relucir las mismas arbitrariedades agravadas que siempre se cometen: Corrupción enquistada en todo el aparato estatal, eternos candidatos parásitos de la politiquería, sectores de prensa mercenaria y la población muchas veces sumida en la ignorancia que está acostumbrada a recibir dádivas, alcohol y baile. Si decimos que amamos nuestra tierra y por tanto a la Patria, debemos apostar por un voto informado y consciente. En las líneas siguientes esgrimiré algunas razones de lo expuesto.
Corrupción enquistada en todo el aparato estatal. Según reportes de la Contraloría General de la República el Perú perdió más de S/ 24 mil millones en el 2021 por corrupción e inconducta funcional. Lo que no puedo entender es el marasmo en el actuar del Poder Judicial. Hay muchos candidatos con denuncias, sus procesos de investigación son lentos, la justicia no actúa, y hoy corren el riesgo de repetir el plato. Cuando tuvieron oportunidad de ser autoridad o funcionarios informaron sobre obras fantasmas, a medio construir o con una construcción que ni siquiera duró un lustro. El lavado de activos, el enriquecimiento ilícito, los testaferros por doquier, el transfuguismo…Permiten que estos parásitos sigan corrompiendo. Son sujetos cuyos partidos se subordinan a grandes consorcios manchados de cohecho, por eso cada vez que ocupan un cargo, esquilman el escaso erario público. En esta contienda también han existido un sinnúmero de casos sospechosos. ¿Cómo se entiende que una empleada con un sueldo básicos interponga una tacha de tan alto precio?
Los eternos candidatos parásitos de la politiquería. Como a nivel nacional se repite a nivel regional y local: los mismos de siempre, algunos hasta nacidos de un mismo nido putrefacto, hoy dándose de puritanos o puritanas. Fueron funcionarios, regidores, alcaldes, hasta congresistas, ¿qué obra de envergadura lograron en bien de los pueblos o de Amazonas? Poco o nada. Hoy con un cinismo hiperbólico, enarbolan banderas de esperanza de progreso, de justicia y bienestar, nada más falso. Si hubiesen cumplido su rol debieran merecerse, pero la mayoría solo estuvieron de autoridad o funcionario solo para el carro 4 por 4, para las casas, los terrenos, los fundos, sus seudo empresas, etc. que ni siquiera figura en su hoja de vida porque sus allegados lo manejan todo. O sea, llegan a la política no para servir, sino con el interés de enriquecerse.
Sectores de prensa mercenaria. Hay radios, canales de TV, empresas periodísticas que mejor debieran llevar el nombre del partido político del cual abogan, es el colmo de la desfachatez. Una gran parte de “la prensa es parte del problema y no parte de la solución”. Todos los días mañana, tarde y hasta de noche, desinforman, mienten, maquillan la realidad, ponen por los cielos a los candidatos. Es impresionante como tan rápido nos hemos olvidado de sus fechorías de los candidatos cuestionados y el artífice de este milagro es la prensa mercenaria que encubre la verdad. Si el periodismo cumpliera su rol de informar con objetividad, con fuentes válidas y confiables; educara, entretuviese sanamente, otra sería la historia de la región y del país. Muchos zorros viejos del cuarto poder han adiestrado a jovencitos que recién están haciendo sus pininos en este mundo informativo. Hay casos que deben develarse para saber la verdad, pero son encubiertos, hay otros casos hasta inventados y le dan cobertura total como si fuera verdad.
La población muchas veces sumida en la ignorancia que está acostumbrada a recibir dádivas, alcohol y baile. Afirman que cada lugar tiene el gobierno que se merece. Quizás en educación estamos fallando, nos falta despertar el juicio crítico en nuestros estudiantes. Gran parte de la población no sabe lo que pasa en la realidad, hasta somos conformistas, todo parece normal. De esto se aprovechan los politiqueros que con dádivas, alcohol y baile convencen a los electores. Se han dejado de lado las ideas, los planes con visión de futuro, todo es cemento, no existen proyectos autosostenibles. Muchos candidatos están esperando el domingo para ganar y empezar a hipotecar los recursos que nos asignan el Estado en determinadas obras. “Los empresaurios” como hienas se quitarán las obras, jóvenes con buenas hojas de vida, emigrarán a otros lares a desempeñarse allí, lejos de su patria chica porque a los politiqueros les importa un bledo la meritocracia, solo se enfocan en su diezmo, en funcionarios mediocres que les van ayudar en sus fechorías y a quienes tienen que devolver sus favores recibidos.
Frente a esa coyuntura, solo queda saber educar no solo en la escuela, el colegio o la universidad sino en cada contexto o situación que uno se encuentre, enfrentando con convicción a estos individuos. De otra forma, difícil es aspirar a los cambios, la política (mal vista) es una opción comercial y arribista, el que tiene dinero, tiene poder y muchas veces hace lo que quiere. Otros paisanos aún incorruptibles luchan por el progreso, se involucran en la política, sin embargo, con estas tropelías se decepcionan de ella y toman otros caminos.
Leí alguna vez una fábula, cuyo relato dice que una rana saltó un día a una olla de agua hirviendo. Inmediatamente, saltó para salir y escapar de ella. Su instinto fue salvarse y no aguantó ni un segundo dentro. Sin embargo, otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. La rana saltó dentro y se quedó tan tranquila en su charca. Poco a poco, el agua se fue calentando y el agua, antes fría, ahora era agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. Tiempo después, poco a poco, el agua fue subiendo de temperatura hasta hervir. Llegó a estar tan caliente que la rana murió de calor. La rana no se había dado cuenta pues se había acostumbrado al calor. La moraleja nos habla del riesgo de acostumbrarse hasta perder la noción de lo que realmente nos pone en peligro. Esta falta de consciencia genera que no haya reacciones o que estas sean tan tardías como para evitar o revertir los daños que ya están hechos. Tendemos a reaccionar poco antes los cambios más pequeños, pero trascendentales, y subestimamos los efectos de su impacto futuro.
Amazonas es una región con ingentes recursos naturales y culturales, con gente de bien. Tenemos todo para ser prósperos, quizás nos falta ser conscientes y tomar buenas decisiones, dejemos de lado nuestros intereses personales o de grupos. Nuestra región y, por tanto, nuestros pueblos merecen lo mejor. No reelijamos a los de siempre que poco o nada lograron por los pueblos, ciudades o la región. Rompamos con las mafias que cada 4 o 5 años asaltan al Estado y viven como parásitos. Protestamos contra Castillo y aquí en la región se han reproducido como pulgas en nuestras narices. Si con este artículo logro convencer a unos cuantos electores habré conseguido mi propósito. Como sostiene Meghan Markle: “Cuando votamos, nuestros valores son puestos en práctica y nuestras voces son escuchadas. Tu voz es un recordatorio de que importas porque sí, y mereces ser escuchado», demostremos civismo este domingo, construyamos la esperanza juntos que no es suficiente solo querer un cambio… Debemos ir y hacer el cambio a través del voto consciente y con memoria. Que así sea.
Chachapoyas, 29 de setiembre de 2022.