El alto precio del oro en el mercado mundial hace aún más lucrativa su extracción ilegal. El oro del río Santiago divide a las comunidades indígenas, aumenta el consumo de alcohol en menores de edad e incrementa la explotación sexual de menores.
Un equipo de OjoPúblico identificó 17 puntos de minería ilegal a lo largo del río Santiago. Los mineros ilegales han montado un taller para construir dragas. La zona fronteriza no tiene control policial ni militar.